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—¿Cómo lo sé? —os preguntaréis.
Desaparecí en el año 1988 a la edad de 18 años. Ahora mi única misión es volver a ese fatídico día en que mi vida cambió.
Caminaba por el bosque. Vi aquella cueva. Me quedé parado, inmóvil ante ella. Era como una gran boca que me llamaba a entrar entre susurros siniestros.
Quedé en trance, un estado hipnótico se apoderaba de mí y me hacía avanzar. Despacio. Paso a paso. Cuando me di cuenta estaba en su garganta, las voces se hacían más ruidosas. Su oscuridad me atrapó.
Desperté en mitad del bosque. Aturdido. Desorientado. Emprendí el camino a casa.
Cuando llegué a la entrada del pueblo no lo reconocía.
—¿Qué está pasando?
Vi una gasolinera y fui hasta ella. Cogí un periódico. Miré la fecha. Un escalofrío me invadió. Estaba en 1971.
—¡No puede ser!
Corrí hasta la dirección de casa. La fachada parecía diferente, pero no lograba precisar qué había cambiado. Me acerqué cautelosamente. No quería ser visto. Me asomé por la ventana. —¿Siempre había habido dos?
Allí estaban mis padres, jóvenes, con un niño de un año. Yo. Me sentí como si estuviera atrapado en una jaula. Opresión, ahogamiento, incertidumbre. No podía presentarme y decir que era su hijo. Estaba solo.
Caminaba por las calles, el aire era cada vez más pesado, los letreros de las tiendas estaban torcidos, algunos escritos en un idioma que no reconocía. La gente caminaba con rostros vacíos como si estuvieran atrapados en un sueño del que no podían despertar.
Tenía que volver a esa cueva en busca de respuestas.
Llegué nuevamente hasta la entrada de la cueva. Esta vez, el bosque parecía diferente. Los árboles parecían distintos, sus ramas entrelazadas como si quisieran atraparme. El aire se volvía más sólido o quizás era yo, incapaz de respirar con normalidad. El camino nunca había sido tan estrecho ¿O si?
Avancé hasta que su oscuridad me envolvió otra vez. Desperté en mitad del bosque. Quería pensar que todo había sido una pesadilla.
Regresé al pueblo.
—¡No puede ser!
La gasolinera permanecía a la entrada, pero el pueblo no era el mismo. Miré la prensa, sentí que me ahogaba, mi corazón latió más rápido. Año 2020.
Estaba en un laberinto sin salida. Aproveché para ir al aseo, me dirigí al lavabo a echarme agua en la cara. Aquella figura frente al espejo, no era yo, no me reconocía.
Era un hombre de unos 30 años. Otra vez esa opresión donde el aire era más denso.
Decidí volver a la cueva. Otra vez frente a ella. De nuevo me adentré en sus fauces. Las voces regresaron, pero esta vez no eran simples susurros:
«Aún puedes escapar».
El pánico se apoderó de mí. Quise correr, pero sentí una presión en el pecho. Algo me estaba observando en la oscuridad.
—Marcos despierta, llegarás tarde —era mi madre.
Estaba en casa. Era yo. Todo había sido una pesadilla. Respiré aliviado.
Me vestí y desayuné. Ese día íbamos a hacer una salida con el instituto. Fuimos al bosque a recoger unas muestras. Sin darme cuenta me separé del grupo.
De repente me quedé inmovilizado. Allí estaba garganta profunda. La cueva. Había una especie de diario tirado en la entrada. Me acerqué. Lo recogí del suelo y lo abrí. Era mi letra. Al final una advertencia:
—¡Mi corazón se aceleró!
*******
«Perdido en el tiempo» es el relato que presento para el VadeReto de este mes de mayo sobre la oscuridad. Más relatos pinchando AQUÍ .
Madre mía, que estrés, que ansiedad. Envolvente y agobiante. Me encantó, a lo mejor se te ocurre una segunda parte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Jaja, ese es el ambiente que quería crear. Un abrazo fuerte Javier!
EliminarAtrapante relato con una constante tensión. Tus relatos cada vez cobran más fuerza.
ResponderEliminarBesos dulces Dakota y dulce semana.
Hola Dulce, en este relato quería usar un corte de terror psicológico, y para ello hay que transmitir la angustia del personaje. Necesita fuerza para ello.
EliminarBesos Dulce caballero.
Hola, Dakota, vaya relato te has marcado, muy bueno. Se nota el estrés, la ansiedad y la intensidad con cada línea. Suponía que darías un giro final, pero no has dado solo uno, sino dos. Las frases finales te descolocan totalmente. Muy bueno. Te felicito por él.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola Merche, quería crear esa atmósfera de angustia que se siente en el terror psicológico, la idea me vino de una serie que vi hace algún tiempo y tiene que ver con esto. El personaje ha entrado en bucle y el diario digamos que es el aviso que se deja a él mismo para que no vuelva a entrar.
EliminarMenuda tarde ayer, entre este relato que lo leí cuarenta veces y cambié cosas, la condesa Bathory y luego la de porcelana, jaja, menuda sesión.
Un abrazo Merche y gracias.
¡Hola, Mari!
ResponderEliminarHe leído tu relato con mucho interés, y lo primero que quiero decirte es que funciona muy bien como historia de bucle temporal con ese punto entre lo onírico y lo inquietante. La forma en que construyes la atmósfera desde la primera aparición de la cueva hasta el cierre final mantiene al lector en tensión constante.
Me ha encantado cómo manejas el desconcierto del protagonista sin necesidad de explicarlo todo. Ese tránsito por distintos tiempos, con señales que no terminan de encajar del todo, va construyendo una sensación de pérdida de identidad muy bien conseguida. El diario al final es un cierre perfecto: enigmático, con ese punto de advertencia que encaja como última pieza del puzle.
Y el detalle del espejo, tan sencillo como eficaz, da justo en la tecla emocional que pide esa escena. Es un relato que se sostiene en la atmósfera y en esa voz que parece atrapada en un sueño del que no puede despertar.
¡Muy buen relato... para acelerarnos el pulso ya de buena mañana jajaja! ¡Enhorabuena por este aporte al Vadereto, compañera!
¡Un abrazo!
Hola Miguel.
EliminarNo sabía si me iba a salir como quería, pero empecé el borrador con todas las ideas que me revoloteaban por la cabeza y aún así después de publicarlo, antes de enviarlo por bloguers, lo leí una y otra vez, cambiando cosas que no me gustaban, frases repetidas, jajaja, signos de puntuación que no sé si están correctos, pero quería generar tensión, por eso esas frases cortas con tanto punto, es como que el personaje está hablando consigo mismo todo el tiempo.
Cuando leí la propuesta y la palabra oscuridad me vino a la cabeza una serie llamada Dark que vi hace un tiempo y de ahí saqué la idea para el relato. No sé si lo he transmitido bien con el diario, pero lo que quería es que el lector quede con la idea que el personaje ha estado repitiendo ese bucle y en algún momento de lucidez se deja el diario para avisarse a sí mismo.
Un abrazo y muchas gracias Miguel.
Quema el periódico!!!
ResponderEliminarBesos.
Hola Alfred, quizás sería lo mejor, jaja.
EliminarBesos.
Muy bien Dakota, nos has tenido en tensión y eso es excelente
ResponderEliminarUn relato donde esa pesadilla puede ser real para el protagonista es como un sueño premonitorio.
Te deseo vun buen comienzo de semana.
Besotes 🙋😘🌹
Hola Campi, quería crear un corte psicológico, puede ser un sueño premonitorio o quizás algo que ha estado viviendo en bucle hasta que en un momento de lucidez se deja el aviso a través del diario. Eso ya depende de cada lector, lo que le transmita.
EliminarBesotes guapa.
Qué chulo el relato, Dakota. Me ha gustado esa trama de misterio y giros inesperados. La idea de la cueva como portal, y esa tensión entre lo real y lo onírico está muy conseguida. Hasta que aparece su madre, y lo saca de ese mal sueño, pero que ha sido algo más que un sueño.
ResponderEliminarY el final me ha gustado mucho, ese diario con la advertencia escrita por él mismo. Genial!!
Un abrazo 🤗
Hola Beatriz, muchas gracias. Le di varias vueltas, pero creo que al final conseguí la atmósfera que quería.
EliminarUn abrazo grande🤗
Olá, querida amiga Dakota!
ResponderEliminarNão posso comentar no wordpress, mas fiz minha participação e divulguei que vi no seu também.
Lendo a sua, está assustadora e com uma imaginação fora de série.
Gosto muito de ler vocês, com outros contos bem distintos e outros pontos de vista.
Eu nem sequer voltaria à cova...
Tenha um maio abençoado!
Beijinhos fraternais de paz
https://www.escritosdalma.com.br/2025/05/luz-propria.html
Hola Roselia, muchas gracias, el tema me inspiraba a escribir algo de terror.
EliminarUn abrazo, ahora te leo!
Joer Dakota que angustia!!
ResponderEliminarNo se puede leer esto sin que se encoja un poco el corazón
Desde hoy se tachan las cuevas como lugar turístico de visita.
Qué manera de llevarnos al agobio y a la fascinación sin darnos un respiro. Me ha parecido brutal!!
Un abrazo, claramente
Hola finil, y ayer que lo terminé, entre este relato que lo leí varias veces para ir corrigiendo fallos, el tuyo de la condesa de porcelana y el de Bathory de Beatriz, miré hasta debajo de la cama, jajaja.
EliminarUn abrazo guapa! 🤗
jajaja la verdad es que ha sido curioso, demasiado puede ser ... ya que por lo visto encontró un relato que tenía de hace años escrito parecido al mío...pudiera ser que haya viajado también en el tiempo? jajaja
EliminarPodría ser, todo puede ser... jajaja
EliminarMe ha encantado, tu
ResponderEliminarrelato, querida Dakota,
te felicito, mi amiga.
Besitos dulces
Siby
Hola Siby.
EliminarMuchas gracias.
Besos.
¡Fantástico, Dakota!
ResponderEliminarLos viajes en el tiempo siempre son difíciles de plasmar en un relato, pero tú le has sabido dar los toques necesarios para hacerlo encajar con la delicadeza y habilidad de un relojero.
La atmósfera de ansiedad, inseguridad, miedo, oscuridad... nos hace sentirlo. Cuando el bucle temporal se cierra entran las dudas del sueño: ¿lo soñamos o, realmente, lo vivimos?
A veces, desear regresar al pasado de la niñez o avanzar en el tiempo hacia la madurez nos puede deparar un peligro impensable.
Una maravillosa carta de presentación para nuestro VadeReto acervolense. Espero con ganas, y deseo, poder seguir disfrutando tus relatos para los próximos. Un placer disfrutar del terror de tus letras. ;)
Muchísimas gracias por participar.
Abrazo Grande.
Hola Jose, el relojero movió varias veces las piezas, jajajaja, pero al final así se quedó.
EliminarEspero seguir participando cada vez que pueda. He ojeado varios y me gustan los retos que propones.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo!
Es un relato estupendo con estupendo final. ¿Quién no se advertiría así mismo de no ir a donde ya se ha ido? Me encanta la paradoja que se plantea en el relato. :)
ResponderEliminarGracias maestro, me alegro que te haya gustado.
EliminarUn abrazo!
Hola Dakota
ResponderEliminarLos viajes en el tiempo tenían que estar presentes en en este reto sobre la "oscuridad" y tú nos has traído una muy buena versión, plasmando la angustia y la ansiedad de lo desconocido. ¡Buen aporte!
Un abrazo
Marlen
Hola Marlen!
EliminarMuchas gracias, el personaje se siente angustiado sin saber si lo que está viviendo es un sueño o es real. El tema de la oscuridad da mucho juego.
Un abrazo!
Mari, si algo puedo notar en tus escritos es tu autocrecimiento, a pasos grandes en tiempo récord. Tienes una vena narrativa magnífica, aquí has creado un misterio de principio a final que me ha encantado. ¡Bien! Repito: me la estoy pasando muy bien en tu blog! Un abrazo grande 🤗.
ResponderEliminarHola Maty, muchas gracias!!
EliminarLa verdad que algún tutorial que otro ha ayudado bastante, jaja. Ya estaba como encasillada, participando solo en retos de relatos cortos. Como en la vida hay veces que hacen falta cambios y tomar un camino con el que sentirse más identificada. Perder ese miedo de hacer el ridículo y tirar hacia delante también con otras cosas.
Así que te agradezco mucho tus palabras.
Un abrazo muy grande!
Hola Dakota, un muy buen aporte. Un relato lleno de incertidumbre, saltos temporales y la angustia que va creciendo en el personaje. Me recordó una serie de Netflix que se llama Dark, por si no la has visto y te gustan estos temas, creo que te encantará. Hay paralelismos con tu relato. Pues bueno, gracias a tu buena narración nos sentimos atrapados junto a tu protagonista, yo espero que al final se haga caso a él mismo y no entre. Te dejo un abrazo fuerte.
ResponderEliminarHola Ana, gracias, conozco la serie, de hecho no se a quien se lo he comentado que al ver el tema oscuridad, me vino la serie Dark a la cabeza. Me encantó esa serie.
EliminarUn abrazo grande!
¡Menuda historia! Él mismo se advierte a través de un sueño, mejor de una pesadilla. Me encantan esas ideas de bucle y de juegos con la realidad; la has desarrollado muy bien.
ResponderEliminarGran aporte, de lo más original!
Un abrazo
Gracias Maite, cuando lo despierta su madre piensa que es una pesadilla pero al ver el diario con la advertencia se da cuenta que había sido real.
EliminarUn abrazo!
¡Qué relato más inquietante! La verdad, me ha dado un mal rollo tremendo, pero en el buen sentido, ¿eh? La oscuridad de esa cueva te atrapa desde el principio, como si fuera un monstruo que te engulle y no te suelta. Lo de la cueva como una "boca" que susurra y te hipnotiza está muy bien traído, te mete de lleno en la paranoia del protagonista. Y luego, eso de viajar en el tiempo, pero no a lo guay de Regreso al Futuro, sino a un caos donde no sabes ni quién eres... ¡uff, qué angustia!
ResponderEliminarMe alucina cómo la oscuridad no es solo la cueva, sino que se siente en todo: el bosque que se vuelve raro, los letreros torcidos, la gente con caras de zombis. Es como si el mundo entero se pusiera en tu contra. Y lo del espejo, cuando el tío se ve y no se reconoce, madre mía, eso me dio un escalofrío. La parte de las voces, sobre todo cuando escucha la suya propia diciéndole "no lo hagas", es de ponerte los pelos de punta.
El giro de que todo parece una pesadilla y luego ¡zas!, otra vez la cueva y el diario con su letra... ¡vaya puñalada! Te deja con el corazón en la boca, como diciendo: "¡No, otra vez no!". El relato cumple de sobra con lo de la oscuridad como tema central, porque no es solo física, es esa sensación de estar perdido, atrapado en un bucle donde no controlas nada.
Me quedé con ganas de saber más del portal o de por qué pasa todo eso, pero, oye, igual es mejor así, que te deje rayado y dándole vueltas.
Un abrazo.
Hola Marcos, gracias por tu comentario tan bien elaborado y desgranando todo lo que te transmite el relato. Como es un relato de corte psicológico, mejor lo dejo para que os quedéis rayados, jajaja.
EliminarUn abrazo Marcos y gracias de verdad!!
Hola Dakota. Buen relato inquietante, lleno de intensidad y una atmósfera de tensión que se mastica de principio a fin. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Sibila, me gustan esas atmósferas de tensión para este tipo de relato.
EliminarUn abrazo.
Qué historia tan inquietante.
ResponderEliminarHola Anxela, me costó pero lo conseguí y me ha dado el gusanillo por estos relatos.
EliminarUn abrazo y gracias por comentar.
De nada.
EliminarDe Raquel Peña:
ResponderEliminarLogra transmitir una sensación de incertidumbre, tensión y horror
psicológico con gran efectividad. La escritura es dinámica, con frases
cortas que aumentan la intensidad del relato, y la narrativa mantiene al
lector en vilo hasta el desenlace. (No me permite comentar, no sé porque)
Atentamente,
RAQUEL PEÑA
Hola Raquel, gracias por tomarte la molestia de comentar a través del formulario de contacto. Las frases cortas creo que transmiten más de cerca la angustia del personaje en ese bucle de terror que vive.
EliminarUn abrazo.
La tensión ha ido subiendo poco a poco hasta que de pronto, caemos en picado al suelo cuando se despierta de la pesadilla y ya relajados nos vuelves a llevar a la boca de la cueva... Bien traída y llevada la tensión.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Gracias Maria José. Encantada de que estés aquí.
EliminarLos lectores van a tener la misma pesadilla que tu protagonista después de leerlo. Un final apoteósico. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Mercedes, quería darle intensidad y creo que lo conseguí. Un abrazo.
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