Esta semana la convocatoria corre a cargo de Monica, el tema para el relato es la "improvisación", en su blog "Neogeminis" podéis encontrar los relatos participantes. Aquí dejo mi aportación, un saludo.
* * * * * * * * *
A veces mis días parecen que están escritos como el guion de una película, ese día algo cambió.
Como cada mañana tome mi café mientras leía las noticias y me dispuse a salir a trabajar, siempre tomaba la misma carretera, era la más directa pero ese día al llegar a la rotonda, un aviso: ATENCIÓN TRAMO EN OBRAS. La carretera estaba cortada, "lo que faltaba", pensé. Había que improvisar un camino alternativo, con lo poco que me gustaba salirme de mi guion, siempre que lo hacía algo salía mal.
Decidí tomar la vía de servicio que quedaba a la derecha para evitar dar la vuelta y el consiguiente rodeo, era una carretera estrecha y en mal estado, pero bueno solo eran 6 km. hasta llegar a la autovía. Comencé a avanzar por esa vía de mala muerte, cuando de repente... Clock, un ruido extraño y el coche se detuvo en seco.
"Esto no puede estar pasando", intenté arrancar pero no había manera, así que cogí el bolso y busqué mi móvil para pedir ayuda, no lo encontraba por ninguna parte, me lo había dejado en casa y la posibilidad de que otro vehículo pasara por esa maltrecha vía era casi nula. Había una gasolinera más adelante, no me quedaba otra que caminar.
Comencé a caminar y al cabo de un rato se me rompió un tacón, lo que provocó una torcedura de tobillo, la consiguiente caída y como no, un agujero en mis leggins, decididamente no era mi día. Me levanté del suelo, me quité los zapatos y seguí caminando hasta la gasolinera como pude.
- ¡Por fin llegué!
Entré, zapatos en mano, cojeando, leggins rotos, iba hecha un cristo. Le conté a la chica lo que me había pasado y si me dejaba usar el teléfono para llamar a un taller que pudiera recoger mi coche. De repente parece que mi suerte cambió, justo paraba en el surtidor una grúa, la chica de la gasolinera conocía al mecánico y le preguntó si podía ayudarme.
Se acercaron los dos y me lo presentó, se llamaba Miguel y tenía unos maravillosos ojos verdes.
Miguel me llevó hasta el coche, antes de remolcarlo abrió el capó y vio un cable suelto, lo puso bien e intentó arrancarlo, el coche arrancó a la primera, me sentí aliviada y agradecida. Le pregunté cuanto le debía.
- Nada, ha sido una bonita coincidencia, toma mi tarjeta, por si te vuelves a ver en un aprieto, puedes llamarme a cualquier hora... dijo Miguel.
Cogí la tarjeta y en el reverso una nota... "Te recojo a las 21 h para cenar, no admito un no como respuesta". Sonreí un tanto ruborizada, nos miramos por un momento fijamente.
- Encantada de cenar contigo, recógeme en esta dirección.
Nos despedimos con un beso en la mejilla. Al final parece que improvisar no está tan mal.
Dakota©
Un relato tragicómico como la vida misma, pero valió la pena tanto desastre, porque quien sabe si era la cita de tu vida. Así es la vida, cuando menos te los esperas...
ResponderEliminarMe ha encantado el relato, con sentido del humor, bien contado y muy original.
Un abrazo Dakota.
Gracias José Luis, son de esas improvisaciones que acaban bien, y terminas riendo de todo lo malo que ha pasado. Un abrazo.
EliminarQue linda avería, esos ojos verdes mereció la pena, que el tacón se rompiera y el coche se averiara ajajjaj. Me ha gustado mucho. Un besote guapa.
ResponderEliminarQuedaba un poco serio y había que meter algo de humor. Un besazo guapa.
EliminarParece que en este caso la improvisación, pese a los problemas de un primer momento, tuvo sus buenos frutos! jeje Te agradezco por haberte sumado a nuestra convocatoria Dakota. Un abrazo
ResponderEliminarUn placer sumarme y me ha encantado el tema. Un abrazo.
EliminarUn conquistador, con dedos hábiles y una tarjeta que se pierde entre rubores... feliz finde.
ResponderEliminarjuan de Marco.
Un caballero que saca de apuros a la dama y nace algo que el tiempo sabrá como termina. Feliz fin de semana también para ti.
Eliminarla verdad que tn tl encuentro, ya me chocó que el chico tuviera nada menos que unos bonitos ojos verdes. ¡ Pobres mortales de ojos normalistas marrones ! Regresando al comentario, todo un día negro que termina con una cena " interesante " Un abrazo
ResponderEliminarBueno el color, el primero que se me vino a la cabeza.
EliminarMi chico tiene unos maravillosos ojos marrones, así que como buena cafeinomana me enamoré del café de sus ojos.
Un abrazo.
¡ Ay! esas averías de coche tan oportunas. ¡ Benditas sean!
ResponderEliminarMe has hecho sonreír, un relato muy dulce y ameno.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Gracias Berta, es lo que pretendía, algo ameno y sacar alguna sonrisa.
EliminarUn beso.
Esa improvisación me
ResponderEliminarparece que no pudo llegar
mas a tiempo,entonces resulto
un agradable accidente, bravooo.
Besitos dulces
Siby
Y quien sabe si de esa avería nacerá una bonita historia de amor.
EliminarBesos dulces preciosa.
Un mal día puede ser solo la preparación de algo maravilloso.
ResponderEliminarAbrazo
Así es, a veces un mal día acaba muy bien.
EliminarUn abrazo.
La vida es pura improvisación y a veces dejarse llevar es lo mejor que podemos hacer, lo mismo que la chica de tu relato. Bendita improvisación.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Dakota.
Un fuerte abrazo.
Gracias Rita, totalmente de acuerdo contigo, en la vida todo es improvisar.
EliminarUn abrazo.
Avería sospechosa. Si no viste las máquinas de las obras,queda acreditado que el gruista, puso el cartel,obligando al desvío por una carretera de mala muerte.
ResponderEliminarMe suena a improvisación programada por el mecánico.
😜Es broma
Besoss
Jajaja, quien sabe igual fue amañada el corte de la carretera.
EliminarBesos.
Una improvisación con final feliz, pero hasta llegar a él... No veas lo que hubo que pasar.
ResponderEliminarBesos
Si, las paso un poco apurada la chica.
EliminarBesos.
Bien está lo que bien acaba...y es que la chispa de la improvisación tiene esas sorpresas. Besos.
ResponderEliminarSorpresas que da la vida, feliz fin de semana.
EliminarBesos.
Hay circunstancias que parecen improvisadas que se cumplen por un motivo, como en tu relato. Y así, el encuentro entre dos seres.
ResponderEliminarUn saludo, Dakota
El encuentro de dos personas que están destinados a encontrarse.
EliminarSaludos Myriam, encantada de leerte.
Justo eso es nuestra realidad: una aparente guión cinematográfico. Pero tu le has sabido dar al relato lo que le otorga color a toda vida : la improvisación.
ResponderEliminarPuede que la solución a nuestra rutina sea coger una salida distinta y dejarnos llevar. Tu lo has hecho muy bien.
Besos
Las rutinas se convierten en el guion de nuestras vidas, la improvisación, esa vía de escape tan necesaria.
EliminarBesos.
Esa avería fue una suerte increíble. Qué bien narrado el cómo una imporvisación, aquí una carretera secundaria, puede dar un resultado perfecto.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Albada, una idea con una improvisación a la que dar forma.
EliminarUn abrazo.
Hola Dakota, el tema de hoy daba para mucho juego. Has elaborado una entrada muy completita, muy bien contada y con final feliz y que puede ser tan real como la vida misma, enhorabuena.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Franconetti, después de hacer sufrir a la pobre protagonista pensé en darle un final feliz. Bien pensado es algo que puede pasar a cualquiera.
EliminarUn beso.
Los enamoramientos comienzan a veces ahí donde todo pareció torcerse. Muy chulo el relato. Un abrazo.
ResponderEliminarCuando menos lo esperas, donde menos lo esperas, incluso en el día más gris.
EliminarUn abrazo Esther.