Durante el día acudimos al trabajo, la atención del hogar con todo lo que conlleva, en mi caso también cuido de mi madre por su demencia, vamos que durante el día me es casi imposible encontrar ese momento tan nuestro, siempre corriendo, siempre con estrés, deseando que llegue la noche, porque ahí amigos míos está mi momento zen.
Por eso me convertí en un ser de la noche, todavía no soy vampira ni le chupo la sangre a nadie pero quien sabe, todo se andará.
Hace tiempo que me acompaña una cita que suele ser mi presentación tanto en red social como aquí en el mundo del blog, es la siguiente, "un buen libro, música de fondo y un café".
Cuando llega la noche y todos duermen en casa a mí me gusta dedicar un rato a leer, sea por los blog o un libro, me pongo los auriculares y escucho música, otras veces aprovecho ese momento para crear algún artículo para el blog y en todos esos casos la música siempre me acompaña, me relaja y me ayuda a dormir al desconectar.
La noche es tan inspiradora, silencio, calma, las ideas empiezan a brotar, escuchas tu propia respiración, los latidos de tu corazón, te relajas y todo en tu mente empieza a fluir.
Noches de blues
Despeche Mode - Waiting for the Night
La noche es mágica y como dices, nos ofrece ese momento zen, ese instante de calma luego del ajetreado día. Yo sí soy Vampiro y la noche me provoca muchas sensaciones, más aún con buena música como compañía.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=EmvDu8sdgBQ
Besos dulces Dakota y dulce semana.
Hola mi querido León, siempre me ha gustado la tranquilidad de la noche, me envuelve y relaja.
EliminarBesos Dulce caballero, me voy a permitir subir el video que me has dejado a la entrada, me encanta el tema😘
Qué cierto, la noche es cuando nos ofrece esos momentos zen tan deseados y sobre todo tan fructíferos y creativos... Y la música que no falte, me encanta el blues que has puesto, perfecto para acompañar la noche zen.
ResponderEliminarBesos Dakota
Hola después de todo el ajetreo del día, la noche es nuestra aliada.
EliminarBesos también para ti.
¡Hola, Dakota!
ResponderEliminarEse instante del día en que por fin se hace silencio… es casi un ritual. Te he leído y he sentido esa complicidad que tenemos quienes escribimos de noche, no porque nos sobre el tiempo, sino porque el mundo deja de empujar y por fin nos deja en paz. Ese espacio donde las ideas bajan la voz, pero se vuelven más nítidas.
Lo cuentas con una calidez que me ha envuelto, como si nos sentáramos a tomar ese café (aunque en mi caso sería otra cosa, que el café y yo no nos llevamos muy bien por las noches). Me ha encantado esa frase que usas como presentación, porque no es solo una cita, es una escena: la música, el libro, el susurro del mundo apagándose… y tú, presente. Como debe ser.
Yo paso los días en cama, así que podría decirse que tengo tiempo, sí. Pero eso no quiere decir que el ruido desaparezca. A veces el ruido no viene de fuera, sino de dentro. Por eso la noche, como tú dices, inspira: porque al fin podemos escucharnos por dentro sin interrupciones.
Gracias por compartir ese momento tuyo tan íntimo. Se nota que escribes desde un lugar real y eso, al leerte, se agradece muchísimo.
¡Un abrazo, compañera!
Hola Miguel, por tu comentario coincidimos, yo en el día voy a huecos, tengo algún momento pero no tengo esa tranquilidad que necesito para que todo fluya. Por eso me convertí en ser de la noche, porque es donde puedo tener esa relajación necesaria. Cuando por el día se me pasa algo por la cabeza, si puedo lo apunto como nota en el móvil y ya cuando tengo mi momento aprovecho en darle forma, me quedo con lo que dices es cuando podemos escucharnos sin interrupciones. Gracias por tu aprecio y apreciación, intento transmitir esa calidez que dices cuando escribo, aunque quizás no siempre se consiga, lo intento.
EliminarUn abrazo para ti también.
Si además de poder escoger cuándo escribir, pudiéramos elegir cuándo ha de llegar la inspiración, ya sería lo más. Al menos también tenemos la música de nuestro lado. :)
ResponderEliminarHola Cabrónidas, es verdad eh, porque hay veces que tengo un momento de inspiración muy bueno y me pilla trabajando por lo que la inspiración se va al garete y cuando tengo mi ansiado momento, por mucho que intento recordar, no lo consigo, así que cuando la musa no acompaña, música y lectura, jajaja. Un abrazo.
EliminarA partir del momento en que el sol se esconde, nace otro mundo. La misma pared, la misma calle, el mismo centro ya no lo son cuando la noche impera. Y puertas adentro, en el refugio de la atmósfera conocida pero en penumbras, se puede encontrar ahí mismo el momento para concentrarse en uno mismo.
ResponderEliminarAh, y la música! Que no falte la música!
Así es Etienne, la noche tiene su magia y hay que aprovecharla. Y como dices la música que no falte. Un abrazo.
EliminarBuenas Dakota!! otra nocturna!! jajaja
ResponderEliminarLa vida moderna nos tiene tan saturados que a veces ese estrés, nos deja la batería a cero.
Algunos nos hemos hecho como tú, ese rinconcito zen a modo de templo de monje pero del S.XXI, por supuesto mucho mas cool
Y es que cualquiera que se sienta zen sin esto, después de la maratón de tareas diarias, merece una medalla.
Un abrazo, y si en algún momento necesitas compartir tu café con alguien, me apunto a la segunda ronda!! (aunque sea de madrugada)
Hola Finil!!
EliminarEs cierto nos hemos montado en una locomotora que parece no frenar, yo hay veces que me digo a mi misma, "pero por qué estoy corriendo si me da tiempo", y es que como ya vas estresado aunque tengas un tiempecito de poder ir más relajada es como si llevara el ritmo en automático. Por eso me gusta tanto la noche.
Un abrazo y compartimos todos los cafés que quieras aunque sea de madrugada (creo que me he vuelto inmune a la cafeína, ya no me quita el sueño).
Hola, Dakota. Que razón tienes. Vamos siempre tan estresados, que parece que llevamos el automático puesto casi siempre. Hasta que llega ese momento de reposo, de soledad, de música... y parece que el tiempo se para por un instante y podemos recargar pilas. Yo antes era muy nocturna, pero las circunstancias (y quizá la edad también 🤷🏻♀️) han hecho que ahora mi momento zen esté por la mañana tempranito, cuando la mayoría del mundo humano todavía duerme y solo se escuchan los gorriones y las golondrinas. Bendito momento.
ResponderEliminarGracias por este post. Un abrazo 🤗
Hola Beatriz!!
EliminarDa igual el momento del día, la cuestión es tener ese tiempo de calma interior para recargar energía. Trasnochar, madrugar, como le venga mejor a cada uno.
Gracias por compartir tu momento zen. Un abrazo 🤗
Hola, Dakota.
ResponderEliminarTe entiendo, también soy de una raza vampírica, ;)
Hace una década o más, dormía hasta de pie, ahora el sueño se escapa entre mis dedos, así que durante la noche aprovecho para leer y sobre todo escribir, qué decir de la música que me acompaña siempre. Al principio el insomnio no te diré que no me frustrará, sería mentir, ahora lo aprovecho de otra manera. Pero eso nos hace ir un poquito a desgaste, ¿no te parece? Estar casi 24 horas operativas tampoco es sano.
Un abrazo.