Andrea residía en New York por motivos de trabajo, tenía entre sus manos un gran proyecto que podría significar un gran empuje para su carrera profesional, pero lo cierto que después de 6 meses ya echaba de menos su tierra, su casa, su hogar.
Esa mañana cuando estaba en la oficina su jefe la llamó a su despacho.
- Andrea ¿puede venir un momento?
- Claro Sr. García.
Andrea cogió el informe del proyecto y se dirigió al despacho de su jefe.
- Toc, Toc, ¿se puede?
- Adelante Andrea.
- Aquí tiene el informe terminado, espero que sea de su agrado.
- Muchas gracias Andrea, ha hecho un trabajo excelente, la NY Company era un hueso duro de roer y ha sabido negociar muy bien llevándolos a nuestro terreno, estoy muy contento y quiero contar con usted para el próximo proyecto.
- Gracias Sr. García, han sido unos meses duros, pero ha merecido la pena y estaré encantada de volver a trabajar con usted.
- Bueno pues dicho todo esto, las buenas noticias es que puede regresar a España, mañana mismo si lo desea y tiene tiempo de preparar todo.
Andrea no pudo evitar sonreír.
- Por supuesto Sr. García, mañana tendré todo preparado para la vuelta.
- Tómese el resto del día libre y prepare su vuelta, aquí tiene el billete.
- Gracias Sr. García.
Por fin el momento tan esperado había llegado. Esa noche Andrea no podía dormir de la emoción, tenía ganas de llegar a su casa del pueblo, volver a sentir el calor de hogar que tanto echaba de menos, deseaba abrazar a los suyos, estar en su rincón favorito de lectura, un hogar es algo más que ladrillos, paredes y techo, es donde sientes paz, calma, amor, un hogar es algo más que una casa.
Dakota©
Y al llegar
ResponderEliminaraquí, al
paro? ,
o de
consejera
delegada
escogida
al dedazo?
🙂
Jaja, no, le dan unas vacaciones y después tiene que volver a NY 🙂
Eliminar"Mii casaaaaaa, mi casaaaaaa"
ResponderEliminarcomo en su casa de una, no se está en ningún sitio.
Ya te digo Tracy, no hay nada como el propio hogar.
EliminarUn abrazo!
Un hogar es pertenecer a un sitio donde nos sentimos seguros y queridos.
ResponderEliminarBesos dulces Dakota.
Hola Dulce caballero, una gran definición.
EliminarBesos Dulce caballero!!
Hola, Dakota, menudo regalazo y detallazo. ¿Dónde está ese jefe? Habrá que irse a Nueva York, jeje.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola Merche, jefes así solo en la imaginación, jajaja.
EliminarUn abrazo!
Buenas Dakota, un relato entrañable sobre todo para los que hemos vivido esa emoción (aunque no fuera Nueva York jajaja)
ResponderEliminarA veces nos pasamos la vida buscando metas lejos cuando el corazón ya sabe donde quiere quedarse, o volver dónde late nuestra paz.
Gracias por compartir esta historia que reconforta como una mantita en días de lluvia.
Un abrazo!!
Hola Finil, es cierto, no hay nada como estar en nuestro hogar.
EliminarUn abrazo!
Si ya lo dice uno que tu sabes y yo tambien:
Eliminar"Que no queremos ser tanto
queremos vivir en nuestra tierra,
agrietada de manantiales cristalinos
andar un poco mas lejos que las fronteras
por la sublime añoranza del regreso
que no queremos ser tanto, queremos ser un poco de sol, un poco de noche
queremos ser viento y calma
tormenta, lluvia...y olor...de tierra mojada""
Y ahora que? pues los pelos de punta...
Pero de punta eh? emotivo de verdad, y más razón que un santo.
EliminarUna historia donde el futuro profesional y añoranza de familia se debate en la protagonista.
ResponderEliminarA veces los astros se unen y hace que puedan complementarse .
Y una pequeña huida y recargar pilas en su hogar le dará suficiente fuerza para proseguir con sus proyectos profesionales.
Un besico, Dakota.
Hola Campi, pues si por muchos éxitos profesionales que se tengan, el hogar se echa de menos. Y estando tan lejos imagino que más aún.
EliminarBesos Campi!!
El hogar es donde estás a gusto.
ResponderEliminarBesos.
Hola Alfred, si, y donde te sientes querido.
EliminarBesos!!
Así es. Una casa no es más que una construcción; un hogar respira contigo y te abraza cuando entras en él y cierras la puerta.:)
ResponderEliminarTal cual lo has expresado Cabronidas. Un abrazo!
Eliminar¡Qué lindo! Seis meses sin estar en casa y ahora, regresar. Es verdad, el hogar es el hogar. Nada se puede comparar. Felicidades Dakota, y un abrazo!
ResponderEliminarGracias Maty, no lo he vivido pero creo que tiene que ser duro.
EliminarUn abrazo!
La realidad de muchos de nosotros en diversas fases de la vida. Preciso y precioso relato.
ResponderEliminarGracias Javier, debe ser duro estar alejado del hogar.
Eliminar"Um lar é mais do que apenas tijolos, paredes e um telhado"
ResponderEliminarOlá, querida amiga Dakota!
Confesso que me emocionei com a definição de lar que você pôs no relato da sua viagem.
O retorno ao aconchego, ao carinho verdadeiro, não tem preço.
Feliz quem pode contar com sensibilidade o amor familiar!
Tenha dias abençoados!
Beijinhos fraternos
P.S. Linkei o seu no meu.
Gracias Roselia, gracias, como el hogar no hay nada.
ResponderEliminarBesos !!
¡Buenas, compañera!
ResponderEliminarLeyéndote, me ha venido esa sensación que a veces no sabes si llamar nostalgia o simple necesidad de volver a lo que uno reconoce como suyo.
Andrea no solo vuelve a casa, vuelve a un lugar que no es solo físico, sino mental. Porque el hogar, como bien dejas entrever, no son las paredes ni el techo, es la calma que nos devuelve a nosotros mismos después de andar tanto por fuera.
Me ha gustado esa idea que atraviesa el relato: que el esfuerzo que hacemos lejos de casa cobra verdadero sentido cuando sabemos que vamos a volver, que habrá un abrazo esperando, un rincón donde volver a ser uno, sin la presión de tener que demostrar nada.
Y hay algo muy bonito en eso, Mari. En recordar que, por mucho que las circunstancias nos lleven lejos, el hogar siempre nos espera para acogernos tal como somos. Para volver a rodearnos de esas personas que te llegan muy dentro, al alma, y que no necesitan chimenea para darte esa bienvenida que te calienta por dentro como pocas cosas.
Ya me has puesto nostálgico, jaja.
¡Un fuerte abrazo!
Hola Miguel, pero una nostalgia buena ¿a que si? Jajaja.
EliminarQue bien lo has expresado, esa calidez que sabes que te espera, el cariño de los tuyos, tus raíces, no tiene precio. Mi familia, la que yo he formado es mi hogar, podría ir a vivir a otro lugar, pero tans solo sería una casa, mi hogar es donde están mi marido y mi hija.
¡Un abrazo Miguel, me alegra tu vuelta!
Los regresos tienen su punto de nostalgia pero la verdad es que wa una delicia volver a casa...
ResponderEliminarUn abrazo!
lady_p
Gracias Lady, la verdad que como nuestro hogar no hay nada.
EliminarUn abrazo!