Isabella
Ya habían pasado varios días desde la muerte del señor Morelli. Era hora de volver al trabajo. Dante se dirigió a la Biblioteca Capitolare, atravesó todo el edificio hasta una puerta de madera antigua. Parecía una puerta falsa, expuesta solo para los visitantes, pero tras ella se ocultaba la verdadera entrada que Dante abrió con la llave que le había dado su mentor. Una llave antigua, con olor a óxido.
Descendió por unas escaleras hasta la sala secreta oculta del mundo: la Biblioteca de las Almas.
Dante fue hasta una de las mesas de escritorio, y mientras revisaba unos pergaminos antiguos con el fin de catalogarlos, sintió una brisa fría. El Códex se iluminó y un susurro, que parecía lejano, rompió el silencio de la sala. Dante cerró los ojos.
—Ven al puente de Sant’Angelo. Ayúdame a encontrar la paz.
Era una voz de mujer, un eco que se perdió entre aquellos libros y pergaminos. El Códex dejó de brillar.
Dante salió de la biblioteca. Tenía que dirigirse hasta Roma, donde se encontraba el puente. Un largo viaje le esperaba.
Dante llegó a Roma por la tarde. Faltaba poco para que anocheciera, pero aun así se dirigió directamente al puente de Sant’Angelo.
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Imagen creada por Tarkion del blog Iadicto Digital |
El puente se erguía majestuoso y solitario bajo la luz de la luna llena. Era una noche fría. La niebla lo cubría, y ese antiguo paso de piedra, envuelto de leyendas y oscuros secretos, tenía un aire profundamente misterioso. A los lados, los árboles parecían sus guardianes; sus ramas se movían al compás del viento como si de un baile se tratara. Se escuchaban susurros al rozar con la piedra, lo que intensificaba su aspecto siniestro. Dos faroles daban una tenue luz que apenas iluminaba la entrada.
Dante caminaba por el puente. Llevaba un abrigo largo que se agitaba con el viento. Sus pasos resonaban sobre la piedra, provocando un eco que se perdía en la niebla.
Conforme avanzaba por el frío puente, sintió una presencia etérea a su alrededor. La niebla parecía cobrar vida, dibujando rostros que murmuraban y desaparecían a su paso. Las historias hablaban de almas perdidas atrapadas entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
De repente, Dante se detuvo.
En el centro del puente vio la silueta de una mujer. Su rostro mostraba sufrimiento a pesar de su gran belleza. En ese momento, el aire se volvió aún más frío.
Una voz susurrante rompió el silencio al pronunciar su nombre. Dante abrió los ojos y se dirigió a la forma etérea que tenía delante.
—¿Quién eres? —preguntó, sabiendo que hablaba con un espíritu.
La mujer lo miró fijamente y respondió con voz melancólica:
—Soy Isabella, víctima de los secretos que guarda este puente. Hace tiempo fui traicionada y arrojada a las aguas bajo estas frías piedras por alguien a quien amaba. Mi alma está atrapada, esperando justicia.
—Dime cómo puedo ayudarte para que tu alma pueda descansar en paz —dijo Dante.
Isabella se acercó más a él.
—Solo podré encontrar la paz cuando se sepa que el traidor fue mi esposo. Tenía una amante y me envenenó. Después me tiró por el puente para que pareciera un suicidio y así comenzar una nueva vida con mi dinero. En caso de separación no recibiría nada, según las capitulaciones matrimoniales que firmamos. Encuentra las respuestas y libérame de esta prisión.
Dante aceptó la misión, aunque sabía que sería difícil: habían pasado décadas desde el suceso.
Tal como prometió a Isabella, comenzó a investigar. El detective encargado del caso le permitió ver el expediente. Dante le dijo que era periodista y que estaba escribiendo un artículo sobre casos de suicidio. Claramente omitió la verdad.
Pasaba el tiempo, y le costaba más de lo que pensaba unir todas las piezas del asesinato de Isabella. Hasta que encontró una pista que lo condujo al diario de un tal Elías. Aún existía, escondido entre unos archivos abandonados en la sala de pruebas de la comisaría.
Dante tuvo que esperar a la noche para entrar sin ser visto. Buscó entre las estanterías hasta dar con él. Se preguntaba quién lo habría guardado allí: ¿el propio Elías?, ¿algún policía corrupto? No importaba. Su objetivo era que la verdad saliera a la luz, y al parecer, el diario la contenía.
Efectivamente, en él Elías relataba cómo el esposo de Isabella, con ayuda de su amante, planeó la forma de matarla y hacer desaparecer su cuerpo. Era tal y como ella le había contado.
Elías trabajaba en el mantenimiento de la casa y lo escuchó todo. No se atrevió a contarlo a la policía; pensó que no le creerían. Su palabra no valdría nada frente a la de un hombre de clase alta. Temía por su familia y pensó que dejarlo escrito era la mejor opción… pero nadie lo encontró.
Dante hizo llegar el diario a la policía y a la prensa. Así cumplió su palabra de revelar la verdad.
Pasaron los meses. Dante volvió al puente otra noche de luna llena. Allí estaba Isabella, en su forma etérea. Parecía que el tiempo no había pasado en aquel lugar.
Isabella se acercó a Dante. Esta vez, su rostro mostraba serenidad.
—Gracias, Dante, por haberme liberado de mi tormento. Ya puedo descansar en paz.
—Siento haber tardado tanto. Descansa en paz, Isabella —dijo Dante, sonriendo.
La figura de Isabella se diluyó entre la niebla y desapareció. Por fin, su alma estaba en paz.
Dante se marchó satisfecho. Mientras se alejaba del puente, el nuevo día comenzaba a despuntar en el horizonte.
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Nota:
Este relato forma parte de la revista MST editada por Merche en su blog Literature&fantasy. La primera imagen está creada y cedida por Tarkion del blog IAdicto digital.
Mari, ahora que he leído la introducción junto al primer capítulo, todo encaja con mayor fuerza: no solo por la atmósfera, sino por el peso simbólico del legado que recibe Dante. La Biblioteca de las Almas es un hallazgo narrativo precioso: combina misticismo, historia, vínculos personales y una carga emocional muy potente. El vínculo con Morelli está bien trazado, y esa escena del Codex tiene ecos de rito de paso sin necesidad de forzarlo.
ResponderEliminarEl capítulo 1 mantiene esa línea con un tono sereno y visualmente muy cuidado. Me gustó cómo has ambientado el puente de Sant’Angelo: hay un juego inteligente de elementos sensoriales —la niebla, la piedra, los susurros— que construyen lo sobrenatural sin necesidad de explicarlo. Y todo al servicio del alma atrapada, Isabella, cuya historia se presenta con ritmo y claridad.
Narrativamente, es interesante cómo introduces pistas sin saturar, dosificas la información y resuelves sin dejarlo todo cerrado. El uso del diario como punto de giro funciona, y Dante se perfila como alguien que se mueve entre lo arcano y lo cotidiano con naturalidad, algo difícil de lograr.
Este arranque tiene todos los elementos para convertirse en una saga que crezca capítulo a capítulo. Y lo más importante: tiene alma.
Un abrazo,
Miguel.
Hola Miguel, muchas gracias por ese análisis tan detallado, después de escribir el relato para la imagen, pensé que podía dar juego una serie de relatos y es un reto que me he puesto a mí misma, aunque no sé si me dará el coco para mucho.
EliminarPero quiero intentarlo al menos.
¡Un abrazo fuerte!
Me ha encantado tu participación Dakota, entre la lectura anterior y esta, claramente se nota que tienes mucho que dar. Has hilado muy bien la historia y tus personajes, me gustó en especial cómo te remites a un acto ocurrido décadas atrás. Felicidades, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Maty, me animan mucho tus palabras, de corazón te agradezco que estés ahí.
EliminarUn abrazo!
Hola, Dakota. Deseando saber cómo continúa, y espero que no se me aparezca ningún espíritu cuando cruce algún puente, a ver si me va a tocar ir mirando de reojo si es por la noche 🙄
ResponderEliminarUn abrazo 🤗
Hola Beatriz, espero saber continuarlo, el inicio ya está, falta que sepa continuarlo.
EliminarTu mira bien por si acaso, jajaja.
Un abrazo!
Muy buen relato y bien relatado, una historia con un halo de misterio que la envuelve en su totalidad. Felicitaciones Dakota.
ResponderEliminarBesos dulces del Dulce Caballero.
Gracias Dulce.
EliminarBesos de vuelta para ti!
Dakota esta muy guapa la historia de Dante. Por qué no la sigues?
ResponderEliminarYo me he imaginado a un tipo con el abrigo largo y un gorro de época. He visto el puente y hasta he oído el sonido de las piedras cuando va pisando. Igual que cuando te metes mucho en un libro interesante, que lo ves en tu cabeza..
Yo desde aquí, te animo, y te empujo para que sigas (pero no te caigas)
Un abrazo!!
Hola finil, muchísimas gracias. Mi intención es hacer varios capítulos, espero que no quede en intención. La verdad que me estáis dando mucho ánimo.
EliminarUn abrazo 🤗
Sí, al hilo de lo dicho por Finil, he sentido que es una historia de época al estilo de Sleepy Hollow. Creo que hay mucho zumo ahí. Solo hay que exprimir con calma. ;)
ResponderEliminarOye pues ahora que lo dices, hay cierto parecido pero en versión más moderna. Si, mejor exprimir poco a poco y si ha de salir algo más que salga lo mejor posible.
EliminarUn abrazo 🤗
Hola Dakota, ya habia leído tu relato en la revista, pero ahora pude hacerlo con más calma y sobre todo dejarte comentario. Un relato muy interesante y lleno de misterio. Me alegra que al final Dante haya podido ayudar a la mujer. Seguro que la historia puede seguir, hay mucho juego. Te mando un abrazo.
ResponderEliminarGracias Ana, la idea es seguirla, falta que acompañen las musas, jaja.
EliminarUn abrazo!
¡Hola Dakota! Tu escrito tiene la capacidad de crear una atmósfera misteriosa y cargada de tensión, especialmente en la descripción del puente de Sant’Angelo. Frases como "La niebla lo cubría, y ese antiguo paso de piedra, envuelto de leyendas y oscuros secretos, tenía un aire profundamente misterioso" o "La niebla parecía cobrar vida, dibujando rostros que murmuraban" consiguen sumergirme en un escenario gótico y sobrenatural. Esta ambientación es uno de los puntos más fuertes, en mi opinión, claro
ResponderEliminarPartes de la idea de la Biblioteca de las Almas y el Códex que conecta a Dante con espíritus que buscan justicia, que es fascinante y promete descubrir un universo nuevo. La interacción con Isabella, un alma atrapada por una traición, establece un conflicto emocional muy interesante. La premisa de Dante como un mediador entre los vivos y los muertos, combinada con su rol encubierto como "periodista", añade un toque de misterio a su personaje.
El toque cinematográfico y visual recuerda a una película de suspense o fantasía oscura. La descripción de Dante caminando por el puente, con su abrigo ondeando y los pasos resonando, crea una imagen que identificas fácilmente y es casi arquetípica de un héroe solitario.
Dejas preguntas abiertas sobre la Biblioteca de las Almas, el Códex y su mentor que me encantaría descubrir en próximas entregas.
Te felicito por tan buen relato.
Un abrazo :)
Hola Marcos. Muchas gracias.
EliminarHaces un gran análisis del relato y es muy gratificante. Captas cada idea. Espero seguir con más capítulos si las musas acompañan.
¡Un abrazo grande!