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domingo, 20 de abril de 2025

Todavía estás aquí

A todas las abuelas que siguen habitando nuestras cocinas, incluso cuando ya no están.

Son las siete y media de la mañana. Los primeros rayos de sol entran por las rendijas de la persiana, iluminando suavemente el dormitorio, llevándose la oscuridad de la noche y comenzando un nuevo día. La alarma del móvil suena rompiendo el silencio, un sonido estridente que taladra mi cabeza. Deslizo el dedo por la pantalla y ahí está tu foto. Es domingo, y normalmente suelo levantarme más tarde, pero hoy es especial. Hace un año que te fuiste.

Oigo a mamá en la cocina. El olor del café es intenso y me hace viajar al pasado. Corría por la cocina hasta ti, te abrazaba y te daba un beso. Me gustaba observarte mientras preparabas el desayuno. Ya habías tomado tu café, pero te gustaba desayunar conmigo mientras yo comía mi tostada y bebía mi vaso de leche. Te servías otro café.

Los fines de semana contigo eran únicos. Te acompañaba a misa y, al volver a casa, jugaba en el patio hasta la hora de comer. Todavía saboreo tu paella. «Nilo, déjame en paz», eras un pedigüeño. Después de comer, te ayudaba a ordenar la cocina, y mientras tú descansabas, yo volvía a jugar al patio. Esperaba ansiosa que llegaran los primos. Empezaba a caer el sol y pronto tendría que irme a casa. Aquellos fines de semana eran verdaderamente especiales, llenos de cariño. Cuánto te echo de menos, abuela.

De repente, una voz rompe mi trance:

—Marga, levántate o se hará tarde. Es su voz.

Me levanto y me visto. Salgo a desayunar a la cocina, y tu presencia sigue en ella. Todavía siento tu abrazo, tu beso rozando suavemente mi mejilla. Me llevo la mano a la cara. Me quedo ensimismada mirando por la ventana. El perfume del jazmín, ese que tanto te gustaba, me embriaga.

Hace un año que te fuiste, pero nunca te has ido del todo. Siempre te llevo en mi recuerdo, en mi corazón. Sigues viviendo en mí, en el olor a café de las mañanas, en el perfume a jazmín.

***

Este relato forma parte de la propuesta del blog Alianzara de usar la técnica del flujo de conciencia.

La imagen está generada con ChatGpt.


24 comentarios:

  1. Qué hermoso, Dakota. Es un texto lleno de nostalgia, que transmite perfectamente lo que pesa la ausencia, pero también la inmensa gratitud de los momentos compartidos. Me ha gustado especialmente como describes los pequeños rituales cotidianos, como hilos invisibles que mantienen vivo un recuerdo.

    Es curiosa la diferencia entre las relaciones y los vínculos. Como podemos tener relaciones, en ocasiones, sin crear vínculos; y como, sin embargo, podemos mantener vínculos con personas incluso que ya no están aquí. Al final, el amor une todos los mundos.

    Muchas gracias por compartir estas líneas tan emotivas. Un abrazo enorme 🤗

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    1. Hola Beatriz, me alegro que te haya gustado, esos detalles cotidianos que hemos vivido con las personas que hemos querido tanto siempre quedan en la memoria.
      Es curioso lo que comentas de las relaciones y los vínculos, es muy cierto.
      Un abrazo grande para ti🤗

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  2. Uy bonita composición que me ha removido por dentro porque.... ¿Quién no recuerda a su abuela?

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    1. Las abuelas quizás sean las figuras más importantes junto a los padres. Un abrazo Tracy.

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  3. Un relato entrañable y emotivo. Yo no conocí a mi abuela materna y a la paterna cuando era muy pequeño y no la recuerdo, pero toda ausencia de un ser querido no es tal, porque el sentimiento permanece.

    Besos dulces Dakota y dulce semana.

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    1. Mientras haya un recuerdo, seguirán ahí, mientras se mantenga el vínculo, como dice Beatriz en su comentario.
      Un beso dulce caballero!

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  4. Es bueno recordar y más si es con ese cariño.
    Besos.

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    1. Gracias Alfred, los abuelos creo que son las figuras más importantes junto a los padres.
      Besos.

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  5. Hola, Dakota, grandes figuras las abuelas. Yo las recuerdo, a las mías, vagamente, era joven cuando se fueron. Un relato lleno de nostalgia y cariño.
    Un abrazo. :)

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    1. Hola Merche, las mías hacen bastante tiempo ya que fallecieron también, pero los recuerdos ko se olvidan.
      ¡Un abrazo!

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  6. Buenas Dakota
    Que bonito lo que cuentas. Tiene algo de mágico como ciertas presencias no se van del todo verdad?. Se quedan en las costumbres, en el olor del café, o a veces en el detalle más insignificante. Yo por desgracia no tuve la suerte de conocer a mis abuelos, pero me lo puedo imaginar por otras personas que ya me faltan. Y a través de historias como la tuya, descubro que no me pasan a mí sola.
    Igual son historias heredadas, y que al repetirlas, aunque sea sin querer, les damos vida un ratito más. Como en los sueños.
    Gracias por compartir ese pedacito de ella con nosotros
    Un abrazo con aroma de jazmín

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    1. Hola finil, muchas gracias, hace ya mucho que falleció pero al principio sentía todavía un vínculo, habían muchos detalles que al momento me la recordaban, y es lo que he usado para el reto. Los recuerdos nunca se van del todo, una parte siempre queda dentro de nosotros.
      Un abrazo con aroma a café!😘

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  7. Mari, este relato tiene la delicadeza de quien no quiere imponer una emoción, sino dejar que nazca sola. El uso del flujo de conciencia está tan bien manejado que uno apenas nota la transición entre el presente y los recuerdos: todo fluye de forma natural, sin cortes, como si la propia memoria fuera narrando sin filtro.

    Me ha encantado cómo utilizas lo sensorial —el olor del café, el perfume del jazmín, la voz que interrumpe el recuerdo— para anclar emociones sin necesidad de explicarlas. Esa técnica de evocación desde lo cotidiano logra una intimidad real, sin sentimentalismos.

    Y lo más hermoso: el relato no necesita cerrar nada porque ya lo ha dicho todo. Es como una conversación que se queda flotando en el aire y nos sigue acompañando cuando dejamos de leer. Gracias por compartirlo con tanta verdad, y por hacerlo con ese tono contenido que, a veces, dice mucho más que cualquier grito.

    Un fuerte abrazo, compañera.

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    1. Hola Miguel, muchas gracias, quería expresarlo de manera sutil pero dejando ver lo que se siente cuando alguien muy querido se va, y hay tantos detalles que te siguen vinculando, que da esa sensación de no haberse ido el todo.
      No estaba segura de estar manejando bien lo del flujo de conciencia la verdad.
      Pensé en lo que una vez sentí y dejé fluir las letras.

      ¡Un abrazo grande para ti!

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  8. Yo disfruté de los míos, aunque ya llevan años en el otro lado. Siempre me pregunto qué pensarían de cómo está el mundo ahora. Ya nunca volverán pero tenemos de ellos un buen montón de fotos. ;)

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    1. Hola Cabronidas, yo también pude disfrutarlas, a mis abuelas, los abuelos, uno murió antes de nacer yo y el otro cuando era pequeña, aunque lo suficientemente mayor para acordarme de él.
      Eso queda, fotos y recuerdos😉

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  9. ¡Hola, Dakota!
    Que preciosa historia has narrado. Me ha emocionado mucho por cómo está escrita y ese hermoso mensaje que nos regalas de que aunque nuestros seres queridos mueran en realidad una parte de ellos se queda con nosotros. Por medio de sus pensamientos, Marga nos conduce hasta su abuela que parece haber revivido y estar junto a ella. El olor del café y del jazmín hacen que los recuerdos de Marga se hagan más intensos y más que recordar reviva lo vivido junto a su abuela. Además, has escrito sus pensamientos con una gran sensibilidad y siento que a pesar de la pérdida, Marga es capaz de seguir adelante y deleitarse saboreando cada detalle del pasado convertido en presente. Esto me lleva a hacerme esta pregunta: ¿Y no es eso en lo que consiste la vida? En atesorar buenos momentos junto con las personas que queremos y cuando nos toca o les toca bajarse del tren, seguir adelante, pero con todos esos recuerdos bonitos y que, en vez de entristecernos, nos llenen de alegría. Porque tal y como dice al final Marga: “Siempre te llevo en mi recuerdo, en mi corazón. Sigues viviendo en mí, en el olor a café de las mañanas, en el perfume a jazmín”. Me ha gustado muchísimo.
    Te agradezco mucho tu participación en el reto de este mes. ¡Un fuerte abrazo!

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    1. Hola Cristina, me ha gustado el reto, y ha sido un placer participar, aunque no estaba segura de haber cumplido bien lo del flujo.
      Es como dices, la muerte forma parte de la vida, y mientras tengamos nuestros recuerdos se mantiene el vínculo.
      Un abrazo grande para ti.

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  10. Me ha parecido precioso. Entramos en la mente de la niña con toda naturalidad y se siente directamente ese cariño como algo muy cálido.
    Felicidades.
    Un abrazo!
    (Maite)

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    1. Muchas gracias Maite, no estaba segura de usar bien el flujo, pero me lancé, a ver que salía.
      Un abrazo!

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  11. Hola Dakota, muy emotivo tu relato. Las ausencias suelen pesar y está claro que el de tu abuela es un recuerdo muy presente. Cosas tan cotidianas como el olor a café te llevan a ella. Nostalgia, melancolía, añoranza...Y un mensaje: nuestros seres queridos aunque se van, se quedan...Un abrazo!

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    1. Hola Sibila, es cierto, las personas queridas, aunque se vayan permanecen a través de estímulos, un olor, una canción... siempre hay algo que te lleva a ellas.
      Un abrazo!

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