Voces llenas de nerviosismo paseaban por mi mente, gritos, alguien me bofeteaba intentando que volviera en sí sin ningún éxito.
Entonces la vi, siempre creí que la muerte se presentaría ante mi con una guadaña, que sería un esqueleto con capa, pero nada que ver con la realidad, la muerte se presentó en forma de ángel, vestida de negro, de pálida piel y larga melena.
- ¿Estás preparado para venir conmigo? -me preguntó.
- Sí, contesté.
Entonces se postró junto a mí y me besó, un beso frío que robaría mi último aliento.
Dakota ©