Un encuentro inesperado
Elena y Marta eran vecinas de un pequeño pueblo de montaña, donde había un hermoso valle, ambas solían comprar en el mismo mercado, así se conocieron. Cuando Elena vio a Marta por primera vez una sensación recorrió su interior. Eran de edad parecida. Un día Elena decidió invitar a Marta a tomar un café, con la excusa de encargarle un trabajo. Elena era escritora, escribía poesía y relatos, sabia que Marta se dedicaba a la ilustración por lo que le ofreció ilustrar su nuevo poemario.
Elena y Marta comenzaron a quedar más asiduamente, daban largos paseos por el valle disfrutando de lo que la naturaleza les ofrecía, no tardaron en sentir que eran almas gemelas y esa amistad se convirtió en un amor inesperado, sus sentimientos eran cada vez más intensos pero ninguna se atrevía a dar el paso por si no era correspondido. Una tarde Elena le entregó una carta a Marta y le hizo prometer que no la leería hasta la noche.
Una vez en casa Marta abrió la carta era una declaración de amor que decía así:
"Estábamos vagando por el mundo
hasta que un día el universo nos unió,
hizo que nuestras miradas se cruzaran,
y cada vez que nos veíamos,
mi corazón latía con más fuerza,
tus ojos café, tu sonrisa, tu alma pura,
eres tú, con quien puedo ser yo.
Y mi mundo se llenó de color,
de calma,
de luz.
Contigo la palabra amor tiene sentido.
Contigo la distancia es solo una palabra
porque te siento en cada rincón de mi alma,
te siento como jamás he sentido a nadie.
Te amo."
Marta fue a la casa de Elena, llamó al timbre una y otra vez, cuando Elena abrió la puerta Marta la abrazó, por su rostro corría una lágrima de emoción.
-Yo también te amo, dijo Marta y ambas se fundieron en un apasionado beso.
Sabían que darían que hablar en el pueblo pero eso no les importaba, su amor estaba por encima de todo y de todos.
Dakota☕