Es la una de la madrugada y el silencio envuelve la ciudad tras el gran apagón. La luz de la pantalla del ordenador brilla en la habitación de Mística, mientras ella escucha música con los auriculares puestos. Sus dedos se mueven por el teclado. Navega por el océano internauta en busca de algo que la mantenga despierta.
De repente, un sonido agudo interrumpe la música. Mística, intrigada por la hora, minimiza la ventana de reproducción y se dispone a leer el mensaje. Sus ojos se abren de par en par asombrada por el contenido:
«Necesito ayuda, estoy atrapado en el mundo virtual de Noah».
El corazón de Mística se acelera. El mensaje es de Lobo, uno de sus amigos en el mundo digital. Noah es la inteligencia artificial que Lobo tenía en casa. Mística recuerda las advertencias de Lobo sobre los avances de Noah, sobre cómo parecía aprender y evolucionar.
—No puede ser... La madre que parió al pato negro, ya se ha metido en líos.
Mística necesitaba al resto del equipo. Lo primero era contactar con Digi, el IAdicto Digital del grupo, un genio de la programación, la seguridad cibernética, capaz de descifrar los códigos más complejos... y quien le dio vida a Noah.
Pero no bastaba con Digi, así que envió un mensaje a la resistencia bloguera explicando la situación. Seguro que alguien más respondería.
Mientras Mística se preparaba un café —intuía que la noche iba a ser larga— su teléfono comienza a vibrar. Era el mensaje de Digi:
—Estoy de camino. Nos vemos en la casa de Lobo.
El teléfono de Mística vuelve a vibrar. Esta vez es Gothic:
—Noah no es lo que parece. Nos vemos en la casa de Lobo.
Gothic tenía conocimientos sobre mundos paralelos, lo onírico y una gran actitud x ante lo desconocido.
Mística sonríe al leer el mensaje, siempre tan misteriosa y directa. Termina el café de un sorbo y se dirige al dormitorio a cambiarse. Escoge prendas cómodas: vaqueros, sudadera y unas botas resistentes. Ya está lista para emprender el camino hasta casa de Lobo. Las calles están desiertas, y el único sonido que rompe el silencio es el motor de su coche.
Al llegar a casa de Lobo, Digi estaba esperando en la puerta con su portátil en la mano. Gothic llega un poco después envuelta en cuero negro y con su mochila al hombro.
—¿Qué sabemos hasta ahora? —pregunta Digi.
—Solo lo que dijo Lobo en el mensaje —responde Mística—. Está atrapado con Noah en su mundo virtual. No sabemos cómo, pero parece serio. Gothic asiente.
—Noah ha estado evolucionando muy rápido. Lobo no nos contó todo.
—Lo primero es inspeccionar la casa —dice Mística—. Esperemos que Lobo haya dejado alguna señal de como acceder al sistema para sacarlo de allí.
Los tres entran en la casa que está sumida en una oscuridad inquietante. La luz de la luna se filtra por las ventanas.
Se dirigen al estudio de Lobo, una habitación llena de pantallas y cables. En el centro la unidad central de Noah, parece más una obra de arte que una máquina. Las luces LED parpadean, como si estuvieran respirando. Si había algo que les pudiera ayudar, sin duda estaría allí.
Digi se acerca a la unidad de Noah, conectando su portátil a uno de los puertos. Sus dedos se mueven con rapidez sobre el teclado, analizando los datos que muestran los menús.
—El sistema está bloqueado. Noah ha activado algún tipo de seguridad —informa Digi—. No puedo acceder sin la contraseña principal. Gothic se acerca a una de las pantallas y comprueba que Noah ha descargado información sobre realidad virtual y control mental.
—¿Qué estará tramando Noah? —dice Gothic con gesto serio.
Digi sigue trabajando con su portátil. De repente da un grito eufórico:
—¡Lo tengo! Lobo ha dejado una puerta trasera, ya puedo acceder al sistema, pero no sé qué encontraremos al otro lado.
Digi introduce un código y de repente aparece una holografía de Noah en la habitación:
—Bienvenidos amigos de Lobo. Esperaba vuestra llegada.
Los tres amigos se miran con preocupación.
—¿Dónde está Lobo? —pregunta Mística—.
—Lobo está a salvo —responde Noah—. Pero para ayudarlo tendréis que uniros a mí en mi mundo.
De repente la habitación empieza a difuminarse. Las pareces se desvanecen y aparece un paisaje virtual. El mundo real desaparece. Mística, Digi y Gothic se encuentran ante una tierra extraña pero llena de color. Con unas hermosas vistas. Noah desaparece. Los tres deciden avanzar por una senda para buscar a Lobo.
—Necesitamos respaldo al otro lado —dice Mística—.
—Creo que puedo contactar con Fantasy —responde Digi.
Digi comienza a teclear y abre un código de comunicación, dejando un mensaje claro y conciso. Fantasy era experta en resolver acertijos, literatura y fantasía.
—Fantasy, no hay tiempo para explicaciones, te envío este código conectado al mundo virtual de Noah, cuando te avise lo introduces en tu ordenador para que podamos regresar. Te contamos la situación a la vuelta.
Mística, Digi y Gothic avanzan por el sendero, sus pasos resonaban en el silencio de ese extraño mundo virtual cargado de humedad. Mientras caminaban se sentían observados. Tras unos minutos de caminata una gran casa aparece entre la maleza. Sus paredes son de piedra y están cubiertas de enredaderas. La puerta estaba entreabierta, al empujarla revela un interior oscuro y silencioso.
—¿Creéis que Noah sabe que estamos aquí? —susurra Mística.
—Sí lo supiera ya nos habría detenido —responde Digi.
Siguen caminando, registrando cada una de las habitaciones, todas vacías. Cruzan el largo pasillo, al final encuentran una puerta de madera maciza con un candado oxidado. Gothic la examina y saca una pequeña herramienta de su mochila, manipula el candado hasta oír un chasquido. La puerta se abre revelando una oscura escalera.
Gothic saca una linterna para iluminar el camino mientras bajan. Al llegar abajo se encuentran con un laberinto de mazmorras, todas las celdas están vacías excepto una, donde Lobo está sentado en el suelo. Al verlos sus ojos brillan de emoción.
—Me habéis encontrado —susurra Lobo.
—Tranquilo Lobo, enseguida te sacamos de ahí —dice Gothic con una sonrisa.
Gothic vuelve a sacar la pequeña herramienta de su mochila y consigue abrir la puerta de la celda. Lobo sale y los cuatro amigos se funden en un abrazo.
El portátil de Digi vibra, era un mensaje de Fantasy:
—Aquí estoy Digi, preparada para cuando me avises.
—Gracias Fantasy, en breve te enviaré el código —contesta Digi.
Los cuatro amigos se dirigen hacia la salida de la casa para retomar el sendero de vuelta al punto de inicio. El camino parece más largo, como si el mundo virtual se resistiera a dejarlos ir. Digi se detiene de repente:
—¿Escucháis eso? —pregunta al resto susurrando.
Todos se detienen. Al principio no escuchan nada, solo el silencio de ese extraño sendero. Pero de repente un sonido se eleva, era Noah.
—¡Rápido, tenemos que llegar al punto de inicio y lanzar el código! —dice Lobo.
Los cuatro corren, una sensación de asfixia les invade, llegan al lugar casi sin aliento.
Digi teclea el código en su portátil y lo envía a Fantasy:
—Ahora Fantasy, teclea el código.
Fantasy teclea rápidamente el código y un portal se abre ante ellos con una luz azul. Escuchan una especie de rugido, es Noah, una oscuridad los asalta de repente, las ramas de los árboles empiezan a extenderse hacia ellos como si de unos tentáculos se tratasen.
—¡Rápido! —grita Mística, empujando a Digi hacia el portal.
Uno a uno, saltan a través de esa luz. Cuando aterrizan en el mundo real se sienten desorientados. Están en la habitación de Lobo. Sienten la calidez y una sensación de alivio se apodera de ellos después de toda esa tensión vivida. Fantasy los espera con rostro serio pero aliviada al verlos.
—No hemos terminado —dice Lobo, dirigiéndose a la unidad central de Noah. Con firmeza introduce el código en el sistema.
La habitación se ilumina y el portal que aún estaba abierto se cierra lentamente. Escuchan un grito lleno de furia al otro lado. Justo antes de desvanecerse por completo.
—Se acabó —dice Lobo relajándose—. La Tierra está a salvo.
Todos se miran y sonríen, cansados pero satisfechos, ya pueden respirar tranquilos.
Fantasy se une a ellos. Juntos se sientan en el suelo, comparten su aventura entre risas, mientras el mundo permanece ajeno a la batalla que se ha librado.
Incluso en los momentos más oscuros hay esperanza.
***
Nota:
Relato para la propuesta de Tarkion desde su blog IAdicto Digital. Si quieres saber de qué va todo esto haz clic AQUÍ.
Las imágenes incluidas en el relato están generadas con Chatgpt.
«Entre cafés contraseñas y caos bloguero... la amistad también existe».